ENTRE SUEÑOS Y REALIDADES: LA POESÍA VISUAL
Por Antonio Sánchez. Director y curador de 1819 art gallery
La colección de obras presentadas por Carmen Casquero ofrece un testimonio vívido de la diversidad de la expresión artística y su capacidad para evocar una amplia gama de emociones y reflexiones. Cada pieza de esta selección magistral es un universo propio, destacando por su uso distintivo de colores, texturas y composiciones que capturan tanto la realidad tangible como la esencia emotiva de sus sujetos.
Empezando con la delicadeza de las flores y plantas, Casquero utiliza varias técnicas para plasmar la suavidad de los pétalos y la vivacidad de sus colores. Estas obras no son simplemente representaciones botánicas; son, en esencia, una celebración de la vida y la efímera belleza natural. El trazo suave pero decidido, junto con una paleta de colores que varía desde tonos pastel hasta vibrantes, invita al espectador a contemplar la interacción armoniosa entre la luz y la materia.
En contraste, los retratos de personas, particularmente de niños y figuras adornadas con trajes tradicionales, son un estudio profundo de la humanidad. Casquero emplea una técnica meticulosa que captura cada detalle, desde la textura de la piel hasta la intensidad de la mirada, revelando no solo la identidad física de los sujetos, sino también su presencia espiritual y emocional. Los colores terrosos y cálidos en estos retratos contrastan con el brillante espectro de los accesorios, reflejando la riqueza cultural y la dignidad inherente de las personas representadas.
La representación de animales, desde osos polares hasta leones, va más allá del mero realismo. Casquero explora la relación dinámica y a menudo emotiva entre las criaturas, enfatizando su conexión y dependencia mutua a través de gestos íntimos y expresiones serenas. La elección de colores fríos y cálidos resalta la vulnerabilidad de estas criaturas frente a su entorno, a la vez que subraya su majestuosidad y fuerza.
En las pinturas de paisajes, desde escenas acuáticas hasta montañas reflejadas en aguas cristalinas, la artista juega con la luz y el color para transformar vistas naturales en escenarios casi místicos. El uso de azules intensos y dorados ilumina el agua y el cielo, creando una atmósfera que trasciende lo pictórico para convertirse en un espacio de reflexión y paz interior. Las pinceladas amplias y fluidas dan la impresión de movimiento, como si el paisaje mismo respirara y cambiara ante nuestros ojos.
Finalmente, las imágenes y las representaciones más estilizadas proporcionan un contrapunto intrigante, explorando la forma y el color de manera que desafían nuestra percepción y nos invitan a encontrar significados más allá de lo aparente. Estas obras destacan por su capacidad de conjugar lo abstracto con lo emocional, permitiendo una interpretación personal y única por parte de cada espectador.
La colección completa de Carmen Casquero es un testimonio de la capacidad del arte para cruzar fronteras culturales y personales, para conectar con el espectador en niveles profundamente humanos. A través de su enfoque técnico y su sensibilidad artística, Casquero no solo captura la belleza del mundo que la rodea, sino que también la redefine, invitando a cada uno de nosotros a ver y sentir más allá de lo superficial.