RETRATOS Y PAISAJES EMOCIONALES
Por Antonio Sánchez. Curador y director de 1819 Art Gallery.
En la sinfonía visual que Mara Sánchez Castillo orquesta, cada lienzo se transforma en un poema visual que dialoga con la esencia más íntima de la condición humana. La artista teje una narrativa de vulnerabilidad, introspección y la compleja estructura de la identidad, donde cada pincelada es un verso y cada color, una metáfora de nuestros estados anímicos más fugaces.
Los retratos y figuras que emergen de su paleta se levantan como testigos de una humanidad expuesta, capturando esos instantes efímeros de emociones en tránsito. Más que decorar, los colores y la luz en sus obras actúan como un lenguaje silente, construyendo puentes entre el alma y su reflejo, borrando las fronteras entre el ser interior y el cosmos exterior. Dominando la técnica con un espectro emocional que trasciende la forma, Mara Sánchez Castillo conjura una danza de texturas y capas que susurran secretos del alma. La fuerza y la delicadeza coexisten, revelando una danza entre la pasión y la serenidad, una coreografía pintada que nos conmueve en su visceral belleza.
Evocando la crudeza emocional reminiscente de Francis Bacon y la introspección melancólica de Edvard Munch, la obra de Sánchez Castillo no se confina al homenaje; es una reinterpretación valiente que conversa con los grandes maestros desde una perspectiva contemporánea y audaz.
Cada obra es un espejo que refleja no sólo la imagen, sino que resuena en las profundidades inexploradas de nuestra psique colectiva. Enfrentándonos a la dualidad de nuestra existencia, nos invita a descifrar las capas de nuestro ser y a navegar los mares de nuestras propias vidas.
La serie, impregnada de una carga emocional palpable y una composición simbólica calculada, ofrece un vocabulario visual donde cada trazo tiene su propio timbre y resonancia. Las obras de Mara Sánchez Castillo se erigen como exploraciones de la experiencia humana vivida, abriendo una ventana hacia el alma que revela la complejidad, vulnerabilidad y fortaleza inherentes a nuestra naturaleza.
Así, la colección de Mara se alza como una odisea cromática, un conjunto de narrativas visuales que en conjunto forman una sinfonía que celebra y cuestiona el espíritu humano en toda su expresión y complejidad.