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MIGUEL MAKANA

Obras de MIGUEL MAKANA

FRAGMENTOS DE IDENTIDAD Y MOVIMIENTO

Por Antonio Sánchez. Director y curador de 1819 art gallery

La nueva serie de obras presentadas constituye una exploración fascinante de la percepción humana a través del uso radical del color, la forma y la textura, que invita a la introspección y al cuestionamiento del individuo frente a su entorno y su existencia en un mundo contemporáneo saturado de estímulos. Esta colección se estructura como una mirada visceral a las emociones internas, combinando elementos figurativos y abstractos con una intensidad cromática que no deja indiferente al espectador.

Una sinfonía de colores

Las obras en esta colección se caracterizan por un despliegue de colores vibrantes que emergen con una fuerza casi táctil, resaltando no solo la dimensión visual de la pintura, sino también su capacidad para provocar sensaciones físicas. El uso de tonos saturados como el rojo, el amarillo, el azul, el verde y el morado no es casual; cada uno de estos colores se asocia tradicionalmente con emociones intensas y conceptos universales: el rojo con la pasión, el amarillo con la energía, el azul con la calma y el verde con la naturaleza. Sin embargo, el modo en que estos colores se entrelazan y se contraponen, creando una sensación de expansión, explosión o inmersión, indica una complejidad emocional que trasciende la simple simbología cromática.

El rostro como epicentro

En muchas de las piezas, el rostro humano es el eje central, pero este rostro no se presenta de manera convencional. En lugar de ser un retrato claro y definido, las figuras humanas parecen ser desintegradas, fragmentadas, envueltas en capas de pintura, como si fueran absorbidas por una corriente emocional que las desvanece. Los rostros son fusionados con el caos visual del entorno, lo que refleja una interdependencia con el contexto en el que están insertos. La figura humana pierde su autonomía, y se convierte en parte de un ciclo continuo de transformación, donde la identidad se disuelve en la vibración del color y la textura.

Movimiento y distorsión

Uno de los elementos recurrentes en esta colección es la sensación de movimiento. Las formas no son estables ni estáticas; parecen estar en constante cambio, como si estuvieran en medio de un proceso de metamorfosis. La distorsión de las caras y los elementos naturales o abstractos sugiere un mundo fluidamente cambiante, en el que el sentido de pertenencia o identidad puede disolverse en un instante. Esta inquietud visual está acentuada por la aplicación espesa de la pintura, que no solo modula la luz, sino que da una cualidad táctil a las obras, como si la pintura misma pudiera tocar al espectador, invitándolo a sentirse parte de este flujo emocional.

El contexto urbano

En algunas piezas, especialmente en la que muestra la figura solitaria frente a la ciudad, el entorno urbano se introduce como un símbolo de alienación y desarraigo. Los colores cálidos y dramáticos en el fondo contrastan con la figura oscura en primer plano, evocando la sensación de la insignificancia del individuo frente a la inmensidad y frialdad del paisaje urbano. Esta obra se convierte en un comentario sobre la modernidad, en la que los individuos se pierden en la multitud y en el anonimato, en medio de una arquitectura que, más que reflejar la humanidad, parece obstruirla.

Exploración emocional y psicológica

A través de la distorsión y el uso exuberante del color, la serie evoca estados emocionales y psicológicos, desdibujando las fronteras entre lo consciente y lo subconsciente. El espectador no solo observa, sino que siente el peso de las emociones que atraviesan las figuras. En cada capa de pintura, en cada trazo impulsivo, se percibe una historia interna, un flujo de pensamientos, deseos, miedos y recuerdos que invaden el espacio visual. La fragmentación de la figura humana puede interpretarse como un símbolo de la desconexión interna, mientras que la fusión con el entorno da cuenta de la fusión entre el ser y el mundo que lo rodea, para bien o para mal.

Esta colección no solo se presenta como una serie de obras visualmente impactantes, sino también como un viaje emocional que invita a la reflexión sobre la identidad, la pertenencia y la disolución del ser en un contexto social y urbano cada vez más complejo. La técnica utilizada, el uso intenso del color y la forma, se erige como una respuesta directa a las demandas de un mundo contemporáneo saturado de estímulos, pero también cargado de ansiedad y desesperación. Las obras se convierten en un espejo de la condición humana: fragmentada, pero vibrante, llena de posibilidades pero marcada por la inestabilidad.

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