El talento de algunas de las grandes artistas femeninas, se vio relegado por los prejuicios de la sociedad. Muchas mujeres pintoras contaron con muy poco apoyo familiar, ya que era bastante común que la mujer no dejara de lado su rol de esposa y madre anegada, lo cual repercutió negativamente en el plano artístico.
¿Por qué fueron silenciadas?
Los trabajos realizados por estas mujeres pintoras, fue en la mayoría de los casos dejado en segundo plano. Algunas obras fueron censuradas o rechazadas y en la actualidad, muchas de ellas han sido olvidadas. Al igual que en la música y en el arte en general, la figura del hombre es la que mayor fama y reconocimiento público logra conseguir.
Es por ello que muchas de estas mujeres pintoras no fueron tomadas en cuenta en la mayoría de las exposiciones ni en los libros de arte que forman parte de la historia. El papel de la mujer siempre estuvo dedicado a los quehaceres del hogar, discriminando las dotes y las cualidades artísticas con las que contaban.
4 Mujeres pintoras, que casi nunca fueron invitadas a exponer
A pesar de la huella artística que se logró borrar con el transcurrir de los años, aún quedan algunos registros de mujeres pintoras excepcionales. Que merecen mención en este texto, ya que sus obras contaron con gran calidad y lograron manifestar la visión femenina por medio del arte. A pesar del concepto patriarcal que se vivió durante la época, estas artistas lograron esquivar todos estos obstáculos.
1. Élisabeth Chaplin
Esta artista, nació en 1890 en Francia. Se caracteriza por ser una de las mujeres pintoras que más se enfocó en los retratos y en los paisajes toscanos, así como murales y tapices decorativos. El arte siempre estuvo presente en su vida, desde muy pequeña. Ya que su familia contaba con pintores y escultores, incluyendo a su madre, quien también fue poeta.
Esta mujer, tuvo la oportunidad de relacionarse con personalidades destacadas del mundo artístico, así como de mentores importantes. Lo que inspiró muchas de sus creaciones, a través de las obras clásicas más representativas de la época. En la actualidad, varias de sus obras se exponen en la Galería Nacional de Arte Moderno de Roma.
2. Hilma af Klint
Se le conoce como una de las mujeres pintoras que revolucionó el arte abstracto. Nació en Suecia en 1862. Desde muy joven se inició en el estudio del arte, en la Real Academia Sueca de las Artes de Estocolmo.
Siempre sintió una especial fascinación por lo espiritual y el más allá, por lo que llegó a ser catalogada como bruja en varias ocasiones. Más porque estos aspectos se reflejaban en sus pinturas, lo que no agradaba a muchas personas. Por lo que tuvo que renunciar a sus ideales para no ser mal vista por la sociedad.
En la actualidad, estas obras secretas son las que mayormente llaman la atención de los espectadores. Llegándose a registrar más de 1000 cuadros abstractos en donde se veían reflejados sus sentimientos, su espiritualidad y su manera de pensar.
3. Sarah Bernhardt
Nace en París en 1844. Desde muy niña incursionó en el mundo del teatro, lo que la hizo destacarse como actriz en su adolescencia. Sin embargo, una de sus facetas menos conocidas es la de escultora, así como también se dedicó a la escritura y a la pintura. Todos estos aspectos la inmortalizaron como una de las mejores artistas de la época.
Durante su vida, supo rodearse de personajes reconocidos que influenciaron positivamente en su carrera como artista. En sus trabajos se aprecia una gran cantidad de técnicas en bustos, bajos relieves y trabajos en mármol y en bronce. A pesar de esto, nunca faltaron las opiniones negativas que tildaban su trabajo de anticuado. Pero pese a esto, la artista siguió manifestando sus sentimientos a través de sus obras.
4. Maria Bashkirtseff
Fue una pintora rusa que tuvo una vida muy corta, nació en 1858 y falleció en 1884, a la edad de apenas 26 años. Pese a ello, algunas de sus obras pueden apreciarse en la actualidad, ya que se cuenta con un catálogo de sus creaciones más representativas.
A pesar de su corta edad, fue una mujer sumamente preparada, le encantaba la literatura clásica, sabía latín y además, tocaba el piano y el arpa. También se sintió atraída por el mundo de la pintura, a pesar de los prejuicios de su época y la falta de apoyo por parte de su familia.
Sus obras se caracterizaban por las escenas cotidianas que se enmarcaban en cada uno de sus retratos, mostrando el lado más desconsolado de la sociedad. Una curiosidad de esta pintora, es que fue muy célebre por el diario que escribió y que salió a la luz muchos años después de su muerte, en donde se reflejaban sus más profundos sentimientos.